Un Relato de Basura: Leyendo Tu Vida al Revés
- Jorge Santa Cruz

- Sep 4
- 2 min read
Aviso: vamos hacia atrás. Del basurero al banco, de lo desechado a lo comprado. Abróchate el cinturón.
Ah… finalmente, la dulce oscuridad. Soy la bolsa que llevas al contenedor cada martes y he visto todo. No tus redes sociales cuidadas. No tu app del banco ordenada. Yo. Tu basura.
¡Ah, mira! Mechones de cabello en el desagüe, escondidos en la esquina, mezclados con restos de jabón. Ese “serum anti-caída” que juraste salvaría tu cabello… bonito intento. Tus folículos me dejaron una nota.
Y luego… una caja de condones, un poco arrugada. ¿Caducada? ¿Usada? ¿O simplemente abandonada? Los hospitales matarían por esta información. Alerta de posible ETS: léelo y llora, porque vi toda la historia de la noche desarrollarse.
Unos envoltorios aquí, una proteína a medio beber allá. Cápsulas de café y snacks de estrés, contando historias de ambición, plazos y desesperación. El marketing prometió rendimiento; yo presencié la realidad.
Ahora… si quieres ponerte meta, incluso recuerdo el momento en que pasaste tu tarjeta de crédito. La emoción. El “me lo merezco”. Ese beep, ese recibo diminuto. Ese fue el momento en que creíste ser el héroe de tu historia. Pero yo, tu basura, ya sé cómo termina: conmigo, pesada y llena, susurrando la verdad que tu banco nunca revelará.
Porque cada “compra” es solo un preludio de confesión. Cada anuncio, cada promesa, cada campaña brillante… yo veo la mentira, la brecha entre deseo y realidad. Y espero pacientemente en la oscuridad a que me tires.
Sí, soy una bolsa de cosas desechadas. Pero también soy un espejo. Soy la autobiografía honesta y brutal de tu consumo, tus hábitos, tu vida empapada de sudor. No me importan los puntos de lealtad. Me importas tú.
Conclusión: Tu basura no termina en la acera. Empieza en la compra, y sabe más de ti que cualquier tarjeta de crédito.







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